
El próximo 2 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Vitamina D, una oportunidad ideal para recordar la relevancia de este micronutriente más allá del metabolismo óseo. En los últimos años, la investigación ha puesto de manifiesto su papel en múltiples procesos neurobiológicos, desde la modulación inmunitaria hasta la plasticidad sináptica. En el ámbito de la neurorrehabilitación, la vitamina D comienza a perfilarse como un coadyuvante terapéutico de especial interés en la recuperación postictus.
Una reciente revisión sistemática y metaanálisis publicada en Narra Journal (Murbawani et al., 2025) analizó seis estudios clínicos —cuatro ensayos aleatorizados y dos cohortes— que evaluaron los efectos de la suplementación con colecalciferol en pacientes con ictus isquémico. Las dosis oscilaron entre 54.000 y 600.000 UI administradas durante tres meses. Los resultados mostraron que los pacientes suplementados presentaron una mejoría significativa en la función neurológica (escala NIHSS), en la recuperación motora de las extremidades inferiores (Brunnstrom Recovery Stage) y en el grado global de discapacidad (escala de Rankin modificada), respecto a los controles.
Estos hallazgos refuerzan la hipótesis de que la vitamina D ejerce efectos neuroprotectores y promotores de la neuroplasticidad. Su acción parece mediarse por lamodulación de la inflamación postisquémica, la reducción del estrés oxidativo y la mejora del control del calcio neuronal. Además, la presencia de receptores de vitamina D y de enzimas activadoras en el propio tejido cerebral sugiere que el sistema nervioso central no solo es un órgano diana, sino también un actor activo en su metabolismo.
No obstante, los beneficios observados no se extendieron de forma significativa a la función de la marcha (escala FAC), probablemente porque ésta depende de la integración multisistémica de factores motores, sensoriales y cognitivos. De ahí que la vitamina D deba entenderse como un complemento, no un sustituto de los programas intensivos de neurorrehabilitación.
En conjunto, la evidencia actual respalda la suplementación con vitamina D en pacientes con ictus que presenten niveles deficitarios, dentro de un abordaje interdisciplinar que combine ejercicio terapéutico, estimulación neuromuscular y control de comorbilidades. En este Día Mundial de la Vitamina D, recordemos que optimizar su estatus no solo fortalece el hueso: también puede fortalecer la recuperación cerebral.
Referencia:
Murbawani EA, Pramukarso DT, Muis SF, Pudjonarko D, Subagio HW, et al. Impact of vitamin D supplementation on post-stroke rehabilitation outcomes: A systematic review and meta-analysis. Narra J. 2025; 5(2): e1848.
Alan Juárez-Belaúnde
Miembro SENR


