La neurorrehabilitación infantil. A propósito del 20 de octubre, día internacional de la Pediatría.

close up father playing with his sonEl daño cerebral adquirido (DCA) en la población pediátrica se define como una lesión sobrevenida de forma súbita tras el nacimiento, que implica un cambio en la actividad neuronal, afectando a la integridad física, metabólica y/o la capacidad funcional, de las células del cerebro1. La causa más frecuente de DCA en la infancia es el traumatismo craneoencefálico, con una incidencia aproximada de 110 casos por 100 000 habitantes menores de 15 años, y 618 por 100 000 adolescentes. Es la causa principal de muerte y discapacidad en la población pediátrica2.  El DCA no traumático comprende los ictus, encefalitis, tumores y los casos de anoxia cerebral, entre otros, y su incidencia se calcula que es de un 82,5 por 100, 000 habitantes3.

Los niños y jóvenes con DCA conforman un grupo heterogéneo en cuanto al tipo de lesión, severidad, nivel de disfunción e incapacidad. De forma análoga a lo empleado en adultos, utilizando la terminología de la ICF-CY (International Classification of Functioning, Disability and Health: Children and Youth), el DCA se asocia a déficits en distintas esferas (físicos, cognitivos, sociales, afectivos…), que van a impactar y resultar en limitaciones funcionales en las actividades de la vida diaria, restricciones en la participación y disminución de calidad de vida. Las familias de los niños afectados típicamente experimentan asimismo elevados niveles de estrés y sobrecarga1,3.

Gran parte de los conocimientos del DCA en la infancia, se han extrapolado de lo que se sabe del DCA en adultos. No obstante, es importante reseñar que hay marcadas diferencias entre un cerebro en desarrollo, y un cerebro maduro, sobre todo en los patrones de recuperación tras una lesión. Si bien es cierto que el cerebro del niño es más plástico que el de un adulto, las lesiones en la infancia tienen mayor tendencia a ser difusas, por razones anatómicas, metabólicas y fisiológicas. Por otra parte, un DCA en la infancia, supone la pérdida de habilidades adquiridas, y también un freno en el neurodesarrollo fisiológico, en el proceso de maduración y adquisición progresiva de más destrezas. La teoría de que el pronóstico en niños es siempre mejor que en adultos, que surgió sobre todo tras los experimentos de Margaret Kennard, no se considera actualmente precisa4.

Establecer un pronóstico, no sólo vital inmediatamente tras el TCE, sino funcional a largo plazo, es complejo. Va a depender, entre otros, de la severidad, tipo de lesión, edad, y del acceso a programas de rehabilitación específicos. Menor edad en el momento de la lesión supone un peor pronóstico en general. Respecto a la etiología, cuanto más generalizada o extensa es la lesión, como en el caso de una encefalitis o una hipoxia, peor pronóstico también1.

Sabemos que una rehabilitación diseñada y ejecutada por un equipo experto, desde fases tempranas hasta etapas posteriores, es crucial para abordar de forma óptima las secuelas complejas y multidimensionales tras DCA. Encontramos evidencia cada vez mayor de que la dosis de rehabilitación que reciben los pacientes es de marcada relevancia en los procesos de plasticidad neuronal secundaria a la intervención. Entendemos en este caso por dosis: la frecuencia, la intensidad, el tiempo y el tipo de intervención; y se relaciona tanto con el grado, como con la velocidad de recuperación de ciertas habilidades, y, por tanto, con el nivel funcional adquirido3,4. También los niños con daño cerebral congénito, como son los afectados de parálisis cerebral, son subsidiarios de beneficiarse de programas de neurorrehabilitación específicos5.

Referencias:

1. Cámara Barrio S, Esteso Orduña B, Vara Arias MT, Rodríguez Palero S, Fournier del Castillo MC. A neuropsychological approach in a paediatric acquired brain injury unit under the public health system. Neurologia. 2023 Jan 1;38(1):8–15.

2. Fonseca J, Liu X, Oliveira HP, Pereira T. Learning Models for Traumatic Brain Injury Mortality Prediction on Pediatric Electronic Health Records. Front Neurol. 2022 Jun 10;13.                  

3. Gmelig Meyling C, Verschuren O, Rentinck IR, Engelbert RHH, Gorter JW. Physical rehabilitation interventions in children with acquired brain injury: a scoping review. Dev Med Child Neurol. 2022 Jan 1;64(1):40–8.

4. Palanivel V, Burrough M. Acquired brain injury in children, and their rehabilitation: where we are now?

5. Novak I, Mcintyre S, Morgan C, Campbell L, Dark L, Morton N, et al. A systematic review of interventions for children with cerebral palsy: State of the evidence. Vol. 55, Developmental Medicine and Child Neurology. 2013. p. 885–910.

Carolina Colomer Font

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