apatiaLa apatía es un trastorno conductual y emocional relativamente común en patologías neurológicas y psiquiátricas (Marin et al., 1991). Se trata del síntoma conductual más prevalente en personas con enfermedad de Alzheimer y enfermedad de Huntington (Zhao et al., 2016), siendo también muy frecuente en otras condiciones neurodegenerativas como la enfermedad de Parkinson (den Brok et al., 2015) o la demencia vascular (Staekenborg et al., 2009). Hasta un tercio de los supervivientes de ictus (Caeiro et al., 2013) y entre un 30-70% de las personas que han sufrido traumatismo craneoencefálico (Quang et al., 2023) pueden presentar apatía, y su prevalencia es también elevada en condiciones psiquiátricas como la esquizofrenia (Yazbek et al., 2014) o el trastorno depresivo mayor (Yuen et al., 2015). Más allá de las categorías clínicas, la apatía se ha observado también como rasgo o como expresión subclínica en la población sana, especialmente en las personas mayores (Brodaty et al., 2010; Pagonabarraga et al., 2015). El trastorno se caracteriza por un amplio abanico de consecuencias negativas tanto para los pacientes como para las personas de su entorno. Entre otras cosas, se ha asociado la apatía a un menor beneficio de la rehabilitación y una pobre recuperación, mayor riesgo de deterioro cognitivo y demencia, pérdida de autonomía física, social y financiera, sobrecarga del cuidador, pobre reintegración social, mayor probabilidad de sufrir síntomas depresivos, aumento de la incidencia de enfermedades cardiovasculares y mayor mortalidad  (Arnould et al., 2015; Clarke et al., 2010; Dujardin et al., 2007; Hama et al., 2007; Starkstein et al., 2006). Además, el curso de la apatía tiende a ser tórpido, manteniéndose e incluso empeorando a lo largo del tiempo (Brodaty et al., 2013; Mayo et al., 2009). Este hecho, junto con la limitada eficacia de las intervenciones actuales, farmacológicas y no farmacológicas, dan cuenta de la gravedad de este trastorno (Fahed & Steffens, 2021).

La apatía puede definirse como “una disminución cuantitativa de la actividad dirigida a metas ya sea en las dimensiones conductual, cognitiva, emocional o social, en comparación con el funcionamiento previo en estas áreas, y que causa un impacto clínicamente significativo en el paciente, no pudiendo ser explicado exclusivamente por un nivel disminuido de conciencia, los efectos fisiológicos de una sustancia o cambios importantes en el entorno” (Robert et al., 2018). El paciente que sufre apatía puede mostrar un menor interés por las aficiones y los temas de conversación que antes le motivaban, necesita con frecuencia la instigación de otra persona para iniciar actividades, incluso tareas cotidianas, actividades que suele abandonar prematuramente cuando le requieren un cierto esfuerzo. Suele mostrarse plácidamente indiferente a todo lo que le rodea, a las necesidades y los sentimientos de sus seres queridos, incluso a su propia enfermedad. De hecho, resulta probablemente inapropiado afirmar que un paciente “sufre” de apatía ya que por lo general su mundo emocional, también las emociones negativas, se encuentra enormemente empobrecido.

Si bien en la última década han surgido algunos modelos específicos con el fin de explicar aspectos particulares de la apatía, tales como la disminución de la sensibilidad a las recompensas, la dificultad en la toma de decisiones asociadas a esfuerzo, o las alteraciones ejecutivas subyacentes y, si bien cada vez más autores defienden adoptar una perspectiva transdiagnóstico (Husain & Roiser, 2018), todavía no existe un marco teórico integrador que pueda abordar la complejidad de este fenómeno, con toda su heterogeneidad, de manera holística.  Como señalaban Arnould y colaboradores, todavía no se conocen a ciencia cierta las bases neurobiológicas, cognitivas y emocionales de la apatía, así como la relación de esta con otras categorías nosológicas como la depresión  (Arnould et al., 2013).Esto, junto con el terrible impacto de este trastorno para la vida de las personas afectadas y sus familiares, y la ausencia de intervenciones terapéuticas efectivas, subraya la necesidad de desarrollar modelos que integren diferentes perspectivas y que traten de dilucidar sus diferentes manifestaciones así como los mecanismos etiopatogénicos (cognitivos y neurobiológicos) subyacentes a ésta.

Bibliografía

Arnould, A., Rochat, L., Azouvi, P., & Van der Linden, M. (2013). A multidimensional approach to apathy after traumatic brain injury. Neuropsychology Review, 23(3), 210-233. https://doi.org/10.1007/s11065-013-9236-3

Arnould, A., Rochat, L., Azouvi, P., & Van der Linden, M. (2015). Apathetic symptom presentations in patients with severe traumatic brain injury: Assessment, heterogeneity and relationships with psychosocial functioning and  caregivers’ burden. Brain Injury, 29(13-14), 1597-1603. https://doi.org/10.3109/02699052.2015.1075156

Brodaty, H., Altendorf, A., Withall, A., & Sachdev, P. (2010). Do people become more apathetic as they grow older? A longitudinal study in healthy individuals. International Psychogeriatrics, 22(3), 426-436. https://doi.org/10.1017/S1041610209991335

den Brok, M. G., van Dalen, J. W., van Gool, W. A., Moll van Charante, E. P., de Bie, R. M., & Richard, E. (2015). Apathy in Parkinson's disease: A systematic review and meta-analysis. Movement disorders : official journal of the Movement Disorder Society, 30(6), 759–769. https://doi.org/10.1002/mds.26208

Caeiro, L., Ferro, J. M., & Costa, J. (2013). Apathy secondary to stroke: A systematic review and meta-analysis. Cerebrovascular Diseases (Basel, Switzerland), 35(1), 23-39. https://doi.org/10.1159/000346076

Clarke, D. E., Ko, J. Y., Lyketsos, C., Rebok, G. W., & Eaton, W. W. (2010). Apathy and cognitive and functional decline in community-dwelling older adults: Results from the Baltimore ECA longitudinal study. International Psychogeriatrics, 22(5), 819-829. https://doi.org/10.1017/S1041610209991402

Dujardin, K., Sockeel, P., Devos, D., Delliaux, M., Krystkowiak, P., Destée, A., & Defebvre, L. (2007). Characteristics of apathy in Parkinson’s disease. Movement Disorders: Official Journal of the Movement Disorder Society, 22(6), 778-784. https://doi.org/10.1002/mds.21316

Fahed, M., & Steffens, D. C. (2021). Apathy: Neurobiology, Assessment and Treatment. Clinical Psychopharmacology and Neuroscience: The Official Scientific Journal of the Korean College of Neuropsychopharmacology, 19(2), 181-189. https://doi.org/10.9758/cpn.2021.19.2.181

Hama, S., Yamashita, H., Shigenobu, M., Watanabe, A., Hiramoto, K., Kurisu, K., Yamawaki, S., & Kitaoka, T. (2007). Depression or apathy and functional recovery after stroke. International Journal of Geriatric Psychiatry, 22(10), 1046-1051. https://doi.org/10.1002/gps.1866.

Husain, M., & Roiser, J. P. (2018). Neuroscience of apathy and anhedonia: A transdiagnostic approach. Nature Reviews. Neuroscience, 19(8), 470-484. https://doi.org/10.1038/s41583-018-0029-9

Marin, R. S. (1991). Apathy: A neuropsychiatric syndrome. The Journal of Neuropsychiatry and Clinical Neurosciences, 3(3), 243-254. https://doi.org/10.1176/jnp.3.3.243

Mayo, N. E., Fellows, L. K., Scott, S. C., Cameron, J., & Wood-Dauphinee, S. (2009). A longitudinal view of apathy and its impact after stroke. Stroke, 40(10), 3299-3307. https://doi.org/10.1161/STROKEAHA.109.554410

Pagonabarraga, J., Kulisevsky, J., Strafella, A. P., & Krack, P. (2015). Apathy in Parkinson’s disease: Clinical features, neural substrates, diagnosis, and treatment. The Lancet. Neurology, 14(5), 518-531. https://doi.org/10.1016/S1474-4422(15)00019-8

Quang, H., Wearne, T., Filipcikova, M., Pham, N., Nguyen, N., & McDonald, S. (2023). A Biopsychosocial Framework for Apathy Following Moderate to Severe Traumatic Brain Injury: A Systematic Review and Meta-analysis. Neuropsychology review, 10.1007/s11065-023-09620-4. Advance online publication. https://doi.org/10.1007/s11065-023-09620-4

Robert, P., Lanctôt, K. L., Agüera-Ortiz, L., Aalten, P., Bremond, F., Defrancesco, M., Hanon, C., David, R., Dubois, B., Dujardin, K., Husain, M., König, A., Levy, R., Mantua, V., Meulien, D., Miller, D., Moebius, H. J., Rasmussen, J., Robert, G., … Manera, V. (2018). Is it time to revise the diagnostic criteria for apathy in brain disorders? The 2018 international consensus group. European Psychiatry: The Journal of the Association of European Psychiatrists, 54, 71-76. https://doi.org/10.1016/j.eurpsy.2018.07.008

Staekenborg, S. S., Koedam, E. L., Henneman, W. J., Stokman, P., Barkhof, F., Scheltens, P., & van der Flier, W. M. (2009). Progression of mild cognitive impairment to dementia: contribution of cerebrovascular disease compared with medial temporal lobe atrophy. Stroke, 40(4), 1269–1274. https://doi.org/10.1161/STROKEAHA.108.531343

Starkstein, S. E., Jorge, R., & Mizrahi, R. (2006). The prevalence, clinical correlates and treatment of apathy in Alzheimer’s disease. The European Journal of Psychiatry, 20(2), 96-106.

Yazbek, H., Raffard, S., Del-Monte, J., Pupier, F., Larue, A., Boulenger, J. P., Gély-Nargeot, M. C., & Capdevielle, D. (2014). L'apathie dans la schizophrénie: une revue clinique et critique de la question [The clinic of apathy in schizophrenia: a critical review of the issue]. L'Encephale, 40(3), 231–239. https://doi.org/10.1016/j.encep.2013.05.002

Yuen, G. S., Bhutani, S., Lucas, B. J., Gunning, F. M., AbdelMalak, B., Seirup, J. K., Klimstra, S. A., & Alexopoulos, G. S. (2015). Apathy in late-life depression: common, persistent, and disabling. The American journal of geriatric psychiatry : official journal of the American Association for Geriatric Psychiatry, 23(5), 488–494.

Zhao, Q. F., Tan, L., Wang, H. F., Jiang, T., Tan, M. S., Tan, L., Xu, W., Li, J. Q., Wang, J., Lai, T. J., & Yu, J. T. (2016). The prevalence of neuropsychiatric symptoms in Alzheimer's disease: Systematic review and meta-analysis. Journal of affective disorders, 190, 264–271. https://doi.org/10.1016/j.jad.2015.09.069

David de Noreña Martínez

Miembro SENR

guia5La Junta Directiva de la SENR tiene el agrado de presentar su última Guía de Práctica Clínica: “Guía 5: Neurorrehabilitación en Pacientes en Estados Alterados de la Consciencia. Recomendaciones de la Sociedad Española de Neurorrehabilitación (SENR)”.

Bajo la coordinación de nuestros compañeros Enrique Noé y María Dolores Navarro y con la colaboración de varios especialistas en el área se ha podido completar esta obra de gran nivel que redacta los aspectos teóricos según guía histórica, la epidemiología existente, la actualización sobre las bases neurobiológicas y los aspectos diagnóstico-terapéuticos de los conocidos estados alterados de la consciencia: el síndrome de vigilia sin respuesta y el estado de mínima consciencia. Todo esto desde la perspectiva del trabajo neurorrehabilitador dirigido sobre las personas que lo sufren a consecuencia de un daño cerebral sobrevenido y bajo la dirección de un equipo interdisciplinar especializado.

De esta manera y como es ya conocido por todos, la Sociedad Española de Neurorrehabilitación busca sentar las bases de la evidencia para establecer recomendaciones en su evaluación clínica, el uso de exploraciones complementarias, intervenciones terapéuticas y adecuada información pronóstica.

Este material busca, al mismo tiempo, no solo ser una herramienta de trabajo en las unidades especializadas para su neurorrehabilitación, sino ser una referencia de uso informativo para el distinto personal sanitario de los hospitales de atención hiperaguda y aguda del daño cerebral sobrevenido, a fin de cumplir un adecuado puente del paciente a las unidades de neurorrehabilitación especializadas, para la continuidad de trabajo de la persona en dicha situación y brindar la mejor calidad de atención al paciente y la familia alrededor de éste.

Este documento cuenta con el aval de entidades profesionales en el campo, como son: la Sociedad Española de Neurología (SEN) y la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF).

Cumpliendo con otro de los objetivos de la Sociedad, la documentación puede ser descargada de manera libre a través de nuestra sección de “Enlaces”, subsección “Documentos SENR”.

Esperamos sea del agrado y utilidad de todos ustedes.

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newsletter30

Ya disponible la edición número 31 de nuestra newsletter trimestral correspondiente a abril del 2024.

En ésta actualizamos información con respecto a nuestra última Guía 5 sobre la neurorrehabilitación en estados alterados de consciencia; lugar y fecha para nuestra próxima XXII Jornada de la Sociedad Española de Neurorrehabilitación dentro de la Reunión Anual 2024 de la Sociedad Española Neurología; últimos artículos científicos destacados en nuestra área de subespecialización; enlaces a actividades nacionales e internacionales de interés en el área; entre otros.

Esperamos que sea de vuestro interés.

paciente que sufre parkinsonSe entiende por fatiga patológica aquella sensación de estar exhausto, con baja energía y con aversión al esfuerzo, que se puede desarrollar durante una actividad física o mental y que, generalmente no disminuye con el reposo o descanso1,2. Desde el punto de vista neuropsiquiátrico, es un concepto multidimensional y complejo con componentes físicos, psicológicos, motivacionales y situacionales, en el que existe una percepción anómala de sobre esfuerzo y una disejecución a cargo de las vías descendentes3-5.

Se define que en la población general puede estar presente entre el 3-23%3, y está más estudiado en condiciones médicas del tipo reumatológicas, autoinmunes, endocrinológicas, entre otras. En el área de la neurología se ha estudiado en patologías neurodegenerativas como la enfermedad de Parkinson y la Esclerosis Múltiple donde puede tener hasta un 50-90% de incidencia6. En el daño cerebral adquirido se ha evidenciado igualmente su presencia, pero con diferencias amplias de rangos debido a los problemas metodológicos y herramientas de estudio. Así pues, tendría una prevalencia de hasta el 77% en el ictus4,5, hasta 75% en el TCE7 y 97% en tumores cerebrales8.

Su fisiopatología hoy en día se desconoce, pero se propone que los daños estructurales macro y microscópicos tanto en el sistema nervioso central como periférico generarían una dismodulación entre la información sensorial aferente y la actividad motora eferente con la consecuente percepción equívoca de fatiga2. El componente neuroinflamatorio también tomaría valor en su origen, como en otras condiciones que tienden a cronificar9.

Existen muchas propuestas a nivel de investigación básica y clínica para su diagnóstico, mas hoy en día se realiza a través de escalas clínicas, siendo la más avalada para ello la FSS (Fatigue severity scale)10.

Su presentación se puede dar desde etapas tempranas tras el daño cerebral, acompañado de otras comorbilidades habituales como los trastornos del estado de ánimo y del sueño, y suele permanecer en el tiempo, demostrándose, según un estudio retrospectivo reciente, que su presentación desde estadios tempranos podría influir sobre la final recuperación funcional de pacientes tras la neurorrehabilitación11. De allí la importancia en que el experto en neurorrehabilitación este pendiente de esta condición desde el ingreso de un paciente a neurorrehabilitar en sus unidades y utilizar las herramientas adecuadas para su control.

Hoy en día se reconoce que su tratamiento debe ser interdisciplinario. Al no existir medicación específica para tal, una adecuada estrategia de actuación con herramientas neurorrehabilitadoras como adecuación de ambientes y rutinas, neuroeducación al paciente y familiares, ejercicio terapéutico, técnicas neuropsicológicas y neuromodulación suelen ser de gran utilidad12.

Bibliografía:

  1. Moretti R and Signori R (2016). Neural Correlates for Apathy: Frontal-Prefrontal and Parietal Cortical-Subcortical Circuits. Front Aging Neurosci 9(8):289.
  2. Kuppuswarmy A (2017). The fatigue conundrum. Fatigue: the unexplained phenomenon. Brain 140:2240–5Lambercy et al. (2021) Neurorehabilitation From a Distance: Can Intelligent Technology Support Decentralized Access to Quality Therapy? Front Robot AI. 8:612415.
  3. Cantor JB, Ashman T, Bushnik T, Cai X, Farrell-carnahan L, Gumber S, Hart T, Rosenthal J and Dijkers MP (2014). Systematic Review of Interventions for Fatigue After Traumatic Brain Injury: A NIDRR Traumatic Brain Injury Model Systems Study. J Head Trauma Rehabil 29(6):490–7.
  4. Annoni JM, Staub F, Bogousslavsky J and Brioschi A (2008). Frequency, characterisation and therapies of fatigue after stroke. Neurol Sci 29:S244-6.
  5. Acciarresi M, Bogousslavsky J and Paciaroni M (2014). Post-Stroke Fatigue: Epidemiology, Clinical Characteristics and Treatment. Eur Neurol 72:255–61.
  6. Mordillo-Mateos L, Soto-Leon V, Torres-Pareja M, Peinado-Palomino D, Mendoza-Laiz N, Alonso-Bonilla C, Dileone M, Rotondi M, Aguilar J and Oliviero A (2019). Fatigue in Multiple Sclerosis: General and Perceived Fatigue Does Not Depend on Corticospinal Tract Dysfunction.  Front Neurol 10:339.
  7. Norup A, Svendsen SW, Doser K, Ryttersgaard TO, Frandsen N, Gade L and Forchhammer HB (2019). Prevalence and severity of fatigue in adolescents and young adults with acquired brain injury: A nationwide study. Neuropsychol Rehabil 29(7):1113-28.
  8. Amidei C (2018). Symptom-based interventions to promote quality survivorship. Neuro-Oncology 20(S7):27–39.
  9. Hardison ME and Roll SC (2016). Mindfulness Interventions in Physical Rehabilitation: A Scoping Review. Am J Occup Ther 70(3):7003290030p1-9.
  10. Krupp L, La Rocca N, Muir J and Steinber A (1992). The fatigue Severity Scale. Arch Neurol 46:1121-23.
  11. Oyake K, Otaka Y, Matsuura D, Honaga K, Mori N and Kondo K (2021). Poststroke Fatigue at Admission is Associated With Independence Levels of Activities of Daily Living at Discharge From Subacute Rehabilitation Wards. Arch Phys Med Rehabil 102:849-55.
  12. Juárez-Belaúnde A, Orcajo E, Lejarreta S, Davila-Pérez P, León N and Oliviero A (2021). Fatigue in patients with acquired brain damage. Neurología DOI:10.1016/j.nrl.2021.05.011.

Alan Juárez-Belaúnde

Miembro SENR

newsletter30

Ya disponible la edición número 30 de nuestra newsletter trimestral correspondiente a enero del 2024.

En esta edición se hace referencia a datos de interés como el próximo acceso público a la grabación en diferido de nuestra XXI Jornada dentro de la Reunión Anual de la SEN 2023, actualización sobre la Guía 5 de la SENR sobre estados alterados de la consciencia, referencia de dos artículos de actualidad en neurorrehabilitación, así como enlaces a actividades de importancia en el ámbito para este siguiente trimestre.

Esperamos que sea de vuestro interés.

videojornadasenrQuerido compañero de la Sociedad Española de Neurorrehabilitación. Si estuviste inscrito en nuestra última jornada dentro de la LXXV Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología, acontecido del 31 de octubre al 4 de noviembre pasados, podrás ingresar desde tu hogar al siguiente enlace para revivir todas las actividades llevadas a cabo en nuestra última jornada:

 

                        XXI JORNADA DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE NEURORREHABILITACIÓN

                   (es necesario identificarse con sus credenciales de acceso a la LXXIV RASEN para poder ver el video)

Sin duda, será un buen momento para recordar la gran actividad científica que se llevó a cabo, así como repasar la gran cantidad de información útil que se dio y disfrutar de parte de ella que quizá no tuviste tiempo de ver en vivo. Para poder saber los temas que se tocaron, puedes acceder al breve resumen de ésta en nuestra pasada noticia: https://www.neuro-reha.com/169-resumen-de-la-xxi-jornada-de-la-sociedad-espanola-de-neurorrehabilitacion-dentro-de-la-lxxv-reunion-anual-de-la-sociedad-espanola-de-neurologia.

¡Esperamos sea de vuestro agrado!

dano cerebralEl equipo de la Red Menni de Daño Cerebral y la Unidad de Daño Cerebral del Hospital Beata María Ana llevarán a cabo el próximo 20 de octubre de 09:00 a 16:00, en su centro hospitalario una jornada en relación con los avances en la atención sanitaria de los cuadros de ictus. De esta manera, en una primera parte se abordará temas sobre el impacto de las nuevos tratamientos y formas de asistencia en la fase aguda del ictus, y en una segunda parte, una puesta a punto de los avances tecnológicos al servicio de la neurorrehabilitación. Contará con la participación de ponentes reconocidos en dichos ámbitos.

Sin duda una actividad de gran interés.

Para más información, puede descargar la documentación al respecto aquí.

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La inteligencia artificial (IA) forma parte, lo sepamos o no, de nuestra vida diaria. El campo de la neurorrehabilitación no es ajeno al surgimiento de estas tecnologías que, quizá, ayuden a optimizar el aprovechamiento del conocimiento disponible para mejorar nuestras evaluaciones e intervenciones.

En la actualidad son los clínicos de los equipos multidisciplinares los que tienen la responsabilidad de analizar la información y realizar el manejo clínico del paciente. Si bien, la posibilidad de modelizar todos los datos disponibles (historias clínicas, neuroimagen, evaluaciones multidisciplinares, teléfonos móviles y otros sensores, etc.) permiten que la IA no sólo tenga en cuenta unas pocas variables, sino que incorpore multitud de elementos, detectando relaciones entre ellos para las que antes éramos ciegos. Las clasificaciones diagnósticas, junto con la detección de patrones hasta ahora invisibles, y el establecimiento de pronósticos ayudará en la mejor toma de decisiones para nuestros pacientes.

Puede que sea posible optimizar el diagnóstico preciso y agilizar la toma de decisiones. La IA puede ayudar en el diagnóstico temprano y preciso de perfiles de pacientes. Los algoritmos de aprendizaje automático pueden analizar la neuroimagen disponible para identificar lesiones cerebrales y el resto de información clínica recabada y ayudar en el señalamiento de los tratamientos más eficientes para cada caso.

Además, mejorará la personalización del tratamiento. Cada paciente tiene necesidades de rehabilitación únicas. La IA puede recopilar y analizar datos biométricos, como las características del movimiento, el rendimiento cognitivo, las capacidades de comunicación, etc. para diseñar programas de rehabilitación personalizados. Estos programas se podrían adaptar continuamente gracias al registro, también automatizado, del progreso del paciente, lo que maximizaría la eficacia de la rehabilitación.

Las posibilidades de supervisión continua permiten a la IA el registro constante del progreso del paciente y la incorporación de esta información en el ajuste de los tratamientos. Los dispositivos portátiles y sensores pueden recopilar datos en tiempo real sobre la actividad física, la postura y otros parámetros relevantes (pérdida de fuerza, caídas, episodios de desorientación, detección de comportamientos disruptivos, adherencia a tratamientos, presencia de dificultades de comunicación, etc.). Los algoritmos de IA pueden analizar estos datos y proporcionar feedback en tiempo real a los pacientes y terapeutas, lo que facilita la corrección de problemas y la mejora de la terapia.

Cabe señalar también la mejora en la predicción de resultados y pronóstico: Los mega análisis realizados podrían ayudar a predecir el resultado de la neurorrehabilitación en función de datos demográficos, situación clínica, progreso de la rehabilitación o desviaciones de un patrón estimado de evolución. Esto ayudaría a los clínicos a establecer expectativas realistas y a ajustar los tratamientos según sea necesario.

Por último, las aplicaciones de la IA en el campo de la investigación también pueden acelerar los avances en el conocimiento en el campo de la neurorrehabilitación. El uso de algoritmos de aprendizaje automático para analizar grandes conjuntos de datos (clínicos, lesionales, genéticos, sociodemográficos, etc.) puede llevar a la rápida detección de patrones, factores predictivos y terapias efectivas asociadas a cada uno de ellos.

En resumen, la IA puede permitir diagnósticos más precisos, programas de rehabilitación personalizados, terapias más atractivas y supervisión continua de la situación y progreso del paciente. Cuando dispongamos de plataformas accesibles con toda esta información disponible, será cuestión de tiempo que sea adoptada por los profesionales. Posiblemente no se podrá reemplazar la toma de decisiones por completo. Cuestiones éticas, la gestión de variables imprevistas, la gestión de las emociones y la escasa experiencia ante situaciones atípicas para las que la IA no haya sido entrenada, aun hacen irremplazable el papel de los profesionales y la observación cuidadosa y atenta de los pacientes y su entorno. Aún existen graves limitaciones para su uso generalizado (el control de los datos, el funcionamiento de los algoritmos de aprendizaje, la confianza en ellos, la existencia de normativas y leyes, etc.). Pero sigamos de cerca estas tecnologías, ya que pueden convertirse en una herramienta de utilidad cotidiana para la personalización de los tratamientos en un futuro próximo.

Marcos Ríos-Lagos

Miembro de la SENR

XXIJornadas notComo ya todos sabemos, el próximo 02 de noviembre del 2023 dentro de la LXXV Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología, se llevará a cabo nuestra XXI Jornada de la Sociedad Española de Neurorrehabilitación.

En esta oportunidad hemos tenido récord de envío de comunicaciones, motivo de orgullo, puesto que nos indica la importante actividad científica que está llevando a cabo nuestra comunidad. Es por ello que en esta ocasión modificaremos el formato habitual de la actividad inicial de comunicaciones para tener una primera sección de presentación de 8 comunicaciones a manera de póster virtual, de menor duración, y una segunda de presentación de 8 comunicaciones orales con el mismo formato de ediciones previas.

Este año los temas de interés sobre los que rondará nuestra actividad científica en la jornada serán: en una primera parte: la rehabilitación temprana desde las primeras horas en que se presenta un daño cerebral sobrevenido dentro de las mismas estancias de UCI y neurocríticos. Y, en una segunda parte: la terapia rehabilitadora de los trastornos neurológicos funcionales, tema de mucho interés en los últimos tiempos.

Del mismo modo tendremos la oportunidad de recibir la presentación de la nueva Guía 5 de la SENR: “Estados Alterados de Consciencia”.

Luego, como es ya una costumbre en nuestra sociedad, se tendrá la ceremonia de premiación a la mejor comunicación y póster, y terminando, la reunión ejecutiva de la junta directiva de la sociedad a la cual están todos los interesados invitados.

Para más información, tienen acá el enlace al: Programa de la XXI Jornada de la SENR.

¡Nos vemos el próximo 2 de noviembre en Valencia!

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