RECOMENDACIONES PARA EL MANEJO DE ALTERACIONES DEL ÁNIMO Y LA CONDUCTA DE PERSONAS CON DAÑO CEREBRAL EN EL HOGAR

Alteraciones Emocionales:

image006Dichas alteraciones emocionales son causadas habitualmente por la dificultad de los pacientes para adaptarse a la nueva situación tras la lesión cerebral; aunque en ocasiones, también pueden aparecer sin que se establezca esta relación y ser consecuencia más directa de la lesión sufrida.

Recomendaciones para su manejo

En primer lugar, es importante que los familiares entendamos que este trastorno es una consecuencia más de la lesión cerebral.

Si los síntomas que predominan son de tipo ansioso

  • Organicemos su rutina en un horario o plan de actividades, lo que permitirá al paciente saber qué va a pasar en cada momento y prepararse para ellos. En la medida de lo posible, respetemos esa rutina y no la sometamos a muchos cambios
  • No anticipemos mucho los acontecimientos que no son rutinarios, por ejemplo, una visita al doctor para revisión, solo lo necesario antes de que sucedan para que la incertidumbre y la espera no les angustie.
  • Cuando se angustien con algún tema o rumien alguna preocupación, lo ideal es no intentar razonar lo inadecuado de su preocupación, sino empatizar, devolverle que entendemos cómo se siente y distraer la atención con otro tema que sea de su interés. Seguir razonando solo complicará las cosas y aumentará el estado de ansiedad.
  • Algunas veces el comportamiento rígido y repetitivo es consecuencia del miedo a una situación (y en el entorno actual es algo que puede estar presente en muchas personas). Tratar de eliminar los miedos redirigiendo la atención hacia nuevas ideas o hacia conductas más constructivas y útiles puede ser una opción.
  • No menospreciemos esos miedos, pues sólo conseguiremos aumentar la ansiedad y, con ella, las obsesiones.

Si los síntomas que predominan son de tipo depresivo

  • Ayudemos al paciente a retomar actividades y de este modo tenga la posibilidad de beneficiarse del refuerzo que genera hacer actividades y de las recompensas que nos ofrece la propia ejecución de estas. Siempre es útil centrar la atención en tareas satisfactorias y reforzantes (que hay que tener bien identificadas).
  • Reforcemos mucho al paciente, no fijándonos en el resultado de sus actos sino el mero hecho de que lo intente, valorando el proceso y que haga las tareas, salgan mejor o peor.
  • De nuevo, evitemos razonar el porqué de su estado de ánimo y simplemente empaticemos y distraigamos con algo atractivo para el paciente.

Alteraciones de la Conducta:

Tras una lesión cerebral, sobre todo si afecta a los lóbulos frontales, nos podemos encontrar con pacientes que presentan un cambio en la forma de comportarse y de experimentar las vivencias de la vida cotidiana, de manera que se intensifican o se minimizan ciertos rasgos e incluso, en ocasiones, se puede producir un cambio de personalidad. Algunos de estos comportamientos implican irritabilidad, desinhibición, rigidez en el comportamiento, impulsividad o apatía, entre otros.

Recomendaciones para su manejo

  • En primer lugar, como familiares, deberemos aceptar que la forma de ser y de comportarse del paciente ha cambiado y que, por lo tanto, nosotros también deberemos cambiar nuestra forma de relacionarnos con él.
  • Después, es importante identificar cuáles son las características más representativas de esta nueva forma de ser, y entender que esa es su nueva forma de interpretar y vivir lo que sucede a su alrededor. Es importante tratar de entender la forma en cómo él percibe la realidad ahora, y no juzgarle.
  • A partir de esa aceptación de su nueva personalidad, lo importante ante un conflicto o una situación complicada es:
    • No razonar la idoneidad o no de su conducta
    • Permitir, si ello no es peligroso para sí mismo o para lo demás, que exprese lo que siente
    • Pasado el momento más álgido de la alteración conductual, tratar de “encapsular “dicho problema; es decir, no recordar lo sucedido y no intentar que el paciente cambie su conducta o su punto de vista, si no, dejar el hecho, el comentario o lo que sea “aislado” sin juzgarlo, aceptándolo nada más, no prestarle más atención y dirigir nuestra atención hacia otra cosa. Por ejemplo, ante la irritabilidad vale la pena no entrar en la discusión y evitar el enfrentamiento.
    • También puede ser útil controlar los estímulos desencadenantes de los problemas. Es decir, si identificamos que se irrita con un tema en concreto, o que sospecha siempre de alguna persona, intentaremos anticiparnos y evitar ese “estímulo”. Disminuimos así la posibilidad de que el problema se desencadene. Algunos estímulos desencadenantes pueden ser estímulos salientes, como el volumen alto en la televisión, entornos desordenados, etc.), por lo que promover un ambiente tranquilo puede ser una buena opción.
    • Es importante pautar periodos de descanso (siesta, pausas durante la actividad cotidiana, etc.). El establecimiento de hábitos y rutinas saludables siempre es un aspecto beneficioso a varios niveles.
    • Hablar con calma, pedirle las cosas con cariño y cercanía, avisar antes de que vayamos a hacer algo con él (tocarlo, ayudar a vestirse, etc.), darle tiempo suficiente para que de respuestas, en definitiva mostrar el tipo de comportamientos y el tono emocional que deseamos provocar.
  • Debe recordar que, de acuerdo con el Real Decreto 463/2020, las personas con alteraciones de conducta (como las asociadas a una lesión cerebral) pueden salir de casa respetando las medidas de prevención y siempre portando la documentación que acredite esa situación excepcional. Este es un recurso que siempre está disponible durante este periodo de tiempo de confinamiento.