La importancia de tener en cuenta la depresión en la atención neurorrehabilitadora de nuestros pacientes con daño cerebral sobrevenido. A propósito de la próxima celebración del día de lucha contra la depresión

diamundialdepresionEl 13 de enero se celebra el Día Mundial de Lucha contra la Depresión, un trastorno emocional que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo, siendo considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como la principal causa de discapacidad a nivel mundial. Afecta a personas de todas las edades y de manera muy significativa en adolescentes y personas de la tercera edad. Su prevalencia va aumentando a nivel mundial.

Esta enfermedad se caracteriza por sentimientos de tristeza permanente, pérdida de interés o placer en las actividades de la vida cotidiana (anhedonia), aislamiento, trastornos del sueño y del apetito, falta de concentración y sensación de cansancio, entre los más comunes.

La depresión post ictus (DPI), tiene una gran incidencia y se asocia a un factor de mal pronóstico para la rehabilitación de los pacientes. Según datos disponibles del “Atlas del Ictus en España de 2019”, la incidencia anual de ictus es de 187,4 casos por cada 100.000 habitantes. Algunos factores para desarrollar depresión tras un ictus son reconocidos: gravedad del ictus, grado de discapacidad y déficit cognitivo. Es necesario realizar un diagnóstico temprano, y abordar su tratamiento de forma precoz para disminuir los efectos negativos sobre el proceso de rehabilitación. Se requiere atención médica especializada para su oportuno diagnóstico y tratamiento.

Existen diferentes tratamientos: de tipo farmacológico, la psicoterapia, y la terapia electroconvulsiva (TEC). Debemos incluir también tratamientos menos conocidos o extendidos, como las técnicas de neuromodulación cerebral no invasiva: la Estimulación Magnética Transcraneal repetitiva (EMTr). Se trata de un tratamiento avalado por numerosos estudios sobre su eficacia terapéutica en trastones psiquiátricos. Dentro de éstos, el campo más estudiado y con mejores resultados es la Depresión. Los pacientes que padecen Depresión y no obtienen una respuesta suficiente mediante la medicación y la psicoterapia, podrían ser candidatos a tratamiento con EMTr. Ésta ha sido aprobada por la FDA desde el 2008, e incluida como opción terapéutica en las guías de la Asociación Americana de Psiquiatría y la Red Canadiense de tratamiento de estado de ánimo y ansiedad, como una opción terapéutica eficaz para pacientes con trastorno depresivo.

La neuromodulación cerebral mediante esta técnica, se basa en la posibilidad de incidir en las redes neuronales. De forma muy esquemática, a través de una bobina que se sitúa encima de la cabeza, y mediante diferentes protocolos de estimulación, lo que se consigue es excitar o inhibir áreas corticales. De esta manera, en la Depresión es conocido que existe un hipometabolismo de la corteza prefrontal izquierda. La EMTr nos ofrece la oportunidad de neuromodular esa hipoactividad cerebral. Se localiza la diana terapéutica, la corteza prefrontal dorsolateral izquierda, y se aplica el tratamiento.

El profesional en Neurorrehabilitación debe tener en cuenta la comorbilidad de la depresión, tan frecuentemente asociada al daño cerebral adquirido, y dirigir los esfuerzos terapéuticos necesarios para su correcto abordaje. La cronificación de la situación depresiva influye de manera negativa tanto en el funcionamiento cognitivo como en todo aquello que tiene que ver con el proceso de recuperación física y funcional de la persona.

Dra. Begoña Belarrinaga

Miembro de la SENR

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